sábado, 16 de marzo de 2013






ASÍ FUE LA VISITA 
TRES EN UNO:
YACIMIENTO MIRALRÍO / EN BUSCA DEL CAÑÓN (MUY) ESCONDIDO/ ARTE SALVADO

















Había oido rumores de que Tambyen 68 tenía un pacto con Zeus, Júpiter, Iskur, Eolo y Zéfiro, todos ellos dioses de la lluvia y el viento, pero en esta ocasión lo pude comprobar con mis propios ojos. Tras una lluvia torrencial durante toda la noche, a la hora convenida no es que hubiese dejado de llover sino que amainó totalmente el viento y los rayos de sol asomaban entre las nubes.

A las once en punto, el guía, Javier, estaba esperando al grupo en la puerta de acceso a los restos arqueológicos



Antes de comenzar la visita les explicó el momento de la historia en que estos vecinos ripenses realizaron estas construcciones.




Como vestían


Y en que otras partes de la península hubo pobladores carpetanos



Los tambyener@s, aunque algo somnolientos, estuvieron siempre atentos a las explicaciones


A pesar de que a ratos salió el sol, las gafas oscuras creo que eran para disimular los estragos nocturnos.



Javier se los llevó al interior de las instalaciones para continuar con las explicaciones y con unos divertidos juegos



Los muros de las construcciones



 El hogar para cocinar y calentarse















Y ahora a hacer de arqueólogos y buscar los gazapos de las instalaciones y las ilustraciones



Alguno de los asistentes pasaron apuros cuando el guía preguntaba ¿quien sabe...? Unos miraban para otro lado, otros murmuraban es que ese día no fui a clase,....en fin lo de siempre.


La despensa de los Carpetanos



Tras un rato al aire libre pasaron a ver la recreación de la vivienda



 Y una vez más a buscar objetos fuera de contexto



De repente se oyó una indignada voz que exclamó.
¡JODEEER! ¡ YA HABÍA CHORIZOS EN AQUELLA ÉPOCA!


Una vez que terminaron la visita del yacimiento, rápidamente se desplazaron a la Laguna del Campillo




Nada más llegar a la laguna un tal Julián, del que ya tenía alguna información, tomó las riendas para continuar con las explicaciones de los restos arqueológicos de la zona

Tronera por donde se disparaba y más arriba el orificio por donde tomaba datos el observador de la pieza artillera




Cuando comenzó las explicaciones sobre los motores de bombeo que hay en la laguna y sobre la cueva que llega hasta el aparcamiento del polideportivo, pregunté a los veteranos del Tambyen y me informaron de que se trataba de un impostor. Este individuo, apodado "El Juli", tiene un hermano gemelo que cuenta con numerosas publicaciones sobre la Guerra Civil Española y que, con cierta asiduidad, aparece en los medios de comunicación. Este personaje, sin ningún reparo, asume la personalidad de su pariente y se dedica a mortificar con sus historietas a todo aquel que se pone a tiro.



Ochenta metros de longitud


En la siguiente imagen se puede observar el interior de la cueva. A poco que sean observadores se percatarán de que, aunque se parecen bastante, no se trata de la misma persona que hizo de guía



Un poco más tarde se desplazaron a la antigua Nacional III, realizada en la época de la dictadura de Primo de Rivera


Pudieron pasear sobre la zona adoquinada que queda en la actualidad

Y conocieron la similitud entre esos momentos de crisis económica de los años 20-30 y los actuales

El Plan "E" de los años de la dictadura



El tal Julián los llevó, raudo y veloz, a conocer el lugar por donde fueron evacuadas la obras de arte del Museo del Prado




Y se situó en lugar donde tuvieron que parar los camiones cargados con lo cuadros más grandes ya que no cabían por el puente.






Las barandillas del puente son las originales, así que se pusieron a buscar los impactos de bala que conserva


No es un concurso de culos..


 


Seguramente estos soldados fueron los causantes de los impactos
















Estas gentes del Tambyen 68 no dejan de sorprenderme. La comisión de atrezzo llevó un vehículo de época para ambientar las explicaciones




Lo que no me atreví a preguntar es que hacía allí uno de los acompañantes de Amundsen  a la expedición del Polo Sur







 Tras un breve paseo por las inmediaciones y ante los síntomas preocupantes de deshidratación de alguno de participantes se fueron a la Posada del Alcalde  a recuperar  los líquidos perdidos.






















Gracias a Rosa Saumell por las imágenes

Crónica de Don Ulpiano, redactor jefe de El Tambyenero




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