En los mentideros de la Villa se rumoreaba que se iba a poner muy difícil visitar el Congreso de los Diputados y Tambyen 68, haciendo gala de su capacidad de iniciativa, se puso a ello con el tesón al que nos tiene acostumbrados. Tras pedir el consabido permiso, nos dieron cita para el 21 de noviembre. Ese día las 17:15 nos encontramos frente a los leones, a los que no pudimos tocar ni acariciar porque estaban vallados “por reforma”.
Hay que decir que algunos frescachuelos le echaron morro y comieron en el restaurante de los diputados; aquí tenéis el menú.
Hay que decir que algunos frescachuelos le echaron morro y comieron en el restaurante de los diputados; aquí tenéis el menú.
Tambyen 68 se caracteriza desde sus inicios por tener buena
estrella y para no ser menos, en esta ocasión la diosa fortuna nos volvió a sonreír
y el grupo con el que compartíamos la visita canceló su asistencia, por lo que nos quedamos con una amable guía y el
Congreso para nosotros solitos.
Pudimos pisar las cómodas alfombras, visitar el salón de los
Pasos Perdidos, ver un curioso y fabuloso reloj que marca los días, las horas ,
los años, las lunas…., los retratos de los políticos de antaño, la Carta Magna y el hemiciclo con
los escaños de sus señorías y los orificios de bala de aquel nefasto día.
Cuando dábamos por terminada la visita la fortuna nos estaba
esperando de nuevo y pudimos tomarnos un refrigerio en la cafetería de Congreso
y …..ver algunas cosillas más de las que no han trascendido ni imágenes ni comentarios... Muchas emociones y privilegios juntos.
Tras el paso de TAMBYEN 68 por la casa de todos, la Cámara
ha decidido suspender la visitas... Dicen que "por obras".
ha decidido suspender la visitas... Dicen que "por obras".
No hay comentarios:
Publicar un comentario