sábado, 29 de diciembre de 2012

ASÍ FUE 
LA VISITA AL TEATRO MARÍA GUERRERO

El mismísimo día de los Santos Inocentes los tambyenes nos fuimos a visitar 
el teatro María Guerrero. La mañana era fresquita, pero nos
 esperaban muchas emociones.


La guía que nos acompañó durante la visita dio muestras desde el principio 
de su buena disposición y simpatía.
Aunque era el día de los Santos Inocentes la visita comenzó puntual

¡MUCHA MIERDA! Es lo que se dicen los artistas antes de salir al escenario. 
En la puerta del teatro nos explicaron el origen de esta expresión
Nos atendió una amable guía.
Tambyen 68 sigue en su línea de buena estrella

Ya en el interior pudimos comprobar las peculiaridades constructivas
 de este espectacular edificio
Simpatía y buen ambiente fue la tónica general

Hasta viejas glorias, Rodrigo, vinieron a la visita desde Canterbury


A pesar de la fresca mañana, fuimos entrando en calor con las
explicaciones y las anécdotas


En el patio de butacas recibimos las explicaciones de las diferentes
 ubicaciones en función de las clases sociales y de las especiales 
circunstancias del Palco Real, 
con retrete incluido.
¡Buenos chicos!

¡A ver las interioridades del teatro!






Nos desplazamos a la zona de detrás del escenario y allí descubrimos que 
ese espacio era tan grande como el patio de butacas.
Ya estamos por los adentros ¡IMPRESIONANTE!


Las bambalinas, hacer mutis por el foro...allí tomaron cuerpo todas esas expresiones
Veinte metros de altura nos esperaban con
un montón de sorpresas
Veinte metros de altura para colocar los diferente telones
 ¡La Tramoya!










El foso bajo el escenario, los pasillos para salir a escena por
 diferentes lugares, las señales para llegar al lugar indicado. 
Todo un mundo de peculiaridades


Hasta por debajo estuvimos curioseando







Atención a las flechas ¡hay que salir al escenario!










Los tambyenes se caracterizan por tener unas enormes ganas de aprender y 
por preguntar y querer ver todo, todito, todo. Para ello no dudaron 
en subir unas interminables escaleras, con algunas fatigas, 
para ver la tramoya desde lo más alto.
El equipo de tramoyistas de Tambyen 68 nos realizó
una demostración de sus habilidades





Tuuu, tira de la 52...ehhh no, de esa no



Para tomar un poco de respiro nos llevaron a la cuarta planta para ver 
el cuarto de maquillaje, vestuario y pelucas.


Los más coquetos no dudaron en ofrecerse para las prácticas

Siguiendo nuestra línea de atrevimientos algunos se quisieron
maquillar y probar la pelucas



Mirad que atentos están

    Y....estos dos felices tras el maquillaje


Atravesando unos laberínticos pasillos llegamos al gallinero

En el gallinero, con fatiguita tras subir varias plantas


Quizá el mejor lugar, además del más económico, para ver las obras de teatro









Tanto ejercicio hizo que nos tuviésemos  que hidratar a la salida de la visita, 
que mejor lugar que una de las más antiguas bodegas de Madrid. 
Buen vino y buenos embutidos

Aquí nos hidratamos con una
botella de buena manzanilla

Tras la hidratación tuvimos la imperiosa necesidad de ingerir alimentos 
sólidos para ello nos fuimos la Plaza de Santa Ana a tomar 
unos buenos platos de cocina mediterránea
Aquí repusimos fuerzas a base de cocina mediterránea
El café y el chupito lo degustamos en otro de los establecimientos 
de referencia en la gastronomía madrileña

Y aquí nos tomamos el cafetito y el chupito


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